viernes, 29 de abril de 2011

Ven, niño alado.

Oh, joven,
niño alado.
Niño pequeño, eterno.
Ven a mí, niño malvado,
padre del amor, padre del odio,
padre de celos y padre de divorcio.
Ven y dime, Cupido...qué busco?
Dónde está mi corazón?
Dime, niño maldito, a quién?
A quién tengo que amar?
Dónde dejar reposar mi alma,
dónde pintar una vida normal?
DÉJADME EN PAZ, RECUERDOS!
Dejadme con Cupido.
Dejadme con el niño y su flecha fatal.
Dejadme tranquilo...
INDIFERENCIA, DÉJAME EN PAZ!
Déjame amar,
déjame buscar mi océano de caricias,
unos labios que adorar.
Unos ojos que me iluminen
y me guíen en mi oscuridad.
Una deidad celestial
en mi mente prenatal,
perversa, demencial.
Cupido, pequeño niño alado,
ven y dime dónde está.

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