Jamás fui lo que soy, ni seré yo mismo, un segundo, un microsegundo, la cienmilmillonésima parte de cada segundo de aparente monotonía.
Soy un sistema abierto.
Materia y energía en un entorno todo lo hostil que yo quiero (la hostilidad es solo un concepto). Soy luz, y seré luz. Soy oscuridad, y fui oscuridad. Pero jamás fui la misma luz ni seré la misma oscuridad.
No soy tú, él, ella, nadie... y tampoco soy yo. Mis células tampoco son ellas, ni tú, ni nadie. Su comunicación sináptica, su síntesis de proteínas, su fagocitosis son el amarnos a rayos y sombras, el generarnos nuestra existencia sin saber el por qué (¿qué importa? muertos no nos lo podríamos preguntar), el matarnos o abandonarnos para no dañarnos. No soy tú, ni todos, ni nadie.
Soy lo que he hecho, lo que me han hecho, lo que me ha hecho. Soy lo que me han dado, lo que me han arrancado, lo que he sintetizado, lo que he catalizado, lo que sí y lo que no. Soy hola y adiós.
Y soy Universo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario